Todos los pasos anteriores fueron exitosos y te encuentras aquí, ahora, frente a la mujer que has deseado. En medio una cama que guarda millones de preguntas e interrogantes.
Este post está creado para ayudarte a enfrentar una cita con una sexo servidora desde que entraron al hotel, motel, apartamento u oficina.
Supiste como buscar a una compañera ideal y no morir en el intento leyendo los anuncios, investigando en redes, mirando su oferta y escogiste lo que se ajustó a tus posibilidades económicas, de tiempo, de sitio, etc. Luego te contactaste con ella fuiste respetuoso, educado, la trataste como una igual aceptando sus términos y tarifas, acordaron encontrarse y todo salió perfecto, la recogiste, te hospedaste en un hotel/motel o llegaste a su departamento.
Todo comienza con un... ¡Hola!
Si estás en este punto de antemano tendrás que deshacerte de muchos prejuicios que impedirán que tengas una cita satisfactoria. Recuerda siempre: si deseas ser bien tratado deberás generar en tu interlocutora sensaciones de confianza y cercanía.
En primer lugar saca de tu cabeza que el sexo real solo se hace en medio de una relación de amor romántico,
que las escorts no pueden tener orgasmos, que el deseo solo está motivado por la gratuidad, abre tu mente a millones de relaciones que se dan en medios atípicos como los swingers, poliamor, anarquía relacional. Recuerda las veces que tuviste sexo esporádico y fue igualmente bueno. No es una imposibilidad que una trabajadora sexual sienta placer se puede lograr incluso llevarla al orgasmo. Si bien es cierto estamos muchas veces cumpliendo una fantasía, asumiendo un rol, no quiere decir que nos forremos con otra piel de hierro, podemos sentir tu lengua en el clítoris y puedes darnos placer, incluso hay situaciones donde se desata una química brutal, ambos estamos aquí ya frente a frente motivados por el placer, tal vez yo te lo quiero dar, tal vez también lo quiero recibir, la clave está en creer que esto es posible, quitarse un poquito la culpa a través de evitar la explotación eso sí y no asumir que estamos generando dolor o molestia hagamos lo que hagamos, sino pensar que es posible pasar ambos un momento agradable.
Tienes frente a ti a una persona, un ser humano, no un objeto, no una máquina, no un ser desechable, no un ciudadano de segunda, no un blanco para desahogar tu misoginia, la forma en que empatizas con la persona que te brindará el servicio habla más de ti que de ella y te asegurará un trato recíproco, satisfactorio y placentero.
Si no se ha pactado de antemano un encuentro que implique juego de poder o juego de roles entre por ejemplo una dómina y un sumiso o un máster y una sumisa debe quedar implícito que la relación es entre iguales, e incluso si se pactó al principio se debe conversar sobre los límites de la relación y palabra o gesto de seguridad. El pagar no te da la razón, no puedes exigir prácticas que no hayan sido aceptadas de antemano ni está permitida ninguna imposición. La necesidad económica de una persona o que sea un trabajo estigmatizado no es carta blanca para el abuso.
Parte del respeto hacia la persona que te brindará un servicio sexual es la higiene, es muy complicado cumplir un GFE (girlfriend experience) antes pactado con una persona con mal aliento. Realizar una felación o cunnilingus en genitales con olor desagradable predispone a la escort al rechazo. Y eso habla del respeto que tienes con tu propio cuerpo.
Antes de desordenar las sábanas
Es muy complicado verbalizar los deseos, lo sabemos, entender que te gusta requiere de una auto exploración desligada del tabú, relacionarte con tu cuerpo sexual es muy complicado, pero lo interesante es irlo descubriendo solo, acompañado o a veces pagando.
No te cohíbas o avergüences una de las ventajas de tener un encuentro sexual con una profesional del sexo es esa, es una profesional, por una parte ya lo ha visto todo y por otra está predispuesta a no juzgar y a darte placer y ayuda si es necesario.
La trabajadora sexual deberá indicar a modo de introducción lo que se hará durante la sesión, si no lo hace pregúntale. Por ejemplo empezar diciendo: traje un aceite orgánico con el que te daré un masaje tántrico que es... Yo recomiendo que si el cliente es primerizo o está nervioso siempre se debe charlar antes, repasar los acuerdos y explicar lo que va a suceder. Si han pedido juguetes nunca está demás indicar que se usará con preservativo, si vibra o no, el material, o que el lubricante tiene por ejemplo la propiedad de generar calor o que tiene sabor u olor, incluso mencionar la marca debe hacer parte de una conversación introductoria cuyo objetivo será romper el hielo, generar confianza y tranquilidad.
El ambiente es importante, llevar velas o poner una música agradable crearán una atmósfera interesante que transportará a esos dos cuerpos deseosos de amor mentalmente a alejarse de las preocupaciones y tabús.
Entre las sábanas
Recordemos el primer punto, es posible darle a una escort placer. Si eliminas trabas mentales te será más sencillo recorrer sin obstáculos al objeto de tu deseo, porque la deseabas... desde que la viste en el anuncio la querías tener, esas fotos en redes te encendían las fantasías, deja atrás esos pensamientos judeo-cristianos y entrégale placer, ríndete al juego, acaricia, besa, pero sobre todo respeta los límites. NO ES NO.
El secreto de un encuentro sin culpas es el consenso entre 2 adultos. Ella tiene todo el derecho de decidir sobre su cuerpo, no porque ejerce trabajo sexual va a hacer lo que tú quieras o está dispuesta a todo. No confundas el marketing con una relación sana y consensuada.
Recuerda que puedes experimentar muchas cosas más con una profesional del sexo servicio, no te auto limites a los detestables "3 platos" o al sexo coital, aprende a amar tu cuerpo, a darte placer, el sexo muchas veces es un ejercicio egoísta porque quieres saciar tu instinto, tus ansias pero no tiene porque ser simple o básico, descubre nuevas disponibilidades, refina tus habilidades, siéntete tan súper man como quieras y vuelen juntos.
¿Y las sábanas?
Hemos quedado exhaustos y complacidos, es posible, es legítimo, pasa. Pueden quedarse enredados en un abrazo, charlar un poco más, ir a la ducha, al jacuzzi, abrirte a contar tus confesiones más íntimas, recuerda que las trabajadoras del sexo compartimos con curas, médicos y psicólogos el secreto profesional. Quéjate de la vida, del trabajo, de tu esposa, de tus hijos, de tus amigos, de tu jefe.
Y regresa muy feliz, relajado y sonriente a la realidad. Pero sin olvidar volver a esta fantasía donde somos también muy reales.
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