En un servicio de prostitución es parada obligatoria ir de "motelazo". Y bueno no solo para las sexo servidoras sino para parejas reviviendo la llama de la pasión, novios entusiastas, amantes secretos, muy señoras y un largo etc...
Esas estructuras arquitectónicas gigantescas donde parece navidad todo el tiempo, le dan un toque de las Vegas al norte capitalino, palmeras iluminadas, grandes publicidades. Pase a nuestro laberinto de pasión y escoja la habitación que más se acomode a su humor sexual y a su bolsillo por supuesto. ¿Quién no ha pasado por la suite de espejos? donde emulando un entrecejo temporal puedes preguntarte ¿Cuántas parejas estarán teniendo un orgasmo en este preciso momento? y mirar el infinito número de cuerpos sudorosos, pupilas al cielo y sábanas estrujadas que se forman a tu al rededor.
Esta vez en particular iba con un gran amigo y cliente, ya habíamos tenido varias salidas a hoteles pero hoy, estábamos celebrando un evento especialísimo, su divorcio y régimen de visitas favorable, había reservado mi compañía para 4 horas e iba armado hasta los dientes: preservativos, vino, una linda lencería para su consentida, el más envolvente erotic lounge y una película porno que había escogido conociendo mi gusto por el cine.
Yo, sabiendo el ánimo entusiasta de mi cliente sufrí la depilación, la plancha y disfruté envolviéndome en perfume costoso y un sexy vestido rojo, a propósito de la navidad... vaya que me apretaba ese moño!!
Pasó a recogerme por mi casa, ya nos teníamos confianza, mi apretado moñito dejaba ver mi muslo blanquecino, él alternaba entre la palanca de cambios y mi rodilla el resto de piel le encendía la mirada, pero la dejó para la habitación.
Me deseaba, se le notaba en cada suspiro, en cada cumplido, en cada relato personal que concluía con un "pero al fin estoy aquí contigo" y yo lo deseaba también, lo deseé desde que me desperté pensando en la fecha, mientras me peinaban y yo con picardía me lanzaba cumplidos al espejo, mientras encajaba en mi pie los tacos, mientras bajaba las escaleras y cuando le di un beso en la mejilla esperando ver su rostro encendido por mi belleza.
Al fin en la habitación, la destreza y ferocidad del león me hundieron en el colchón, rápido, hambriento, preciso, cuando pude darme cuenta ya había sido destazada y engullida.
La velada siguió amena, el vino siempre nos acompañó, al igual que una exquisita charla, retomamos las caricias en el jacuzzi donde se dio gusto pasando sus manos sobre mis pechos, labrando mis nalgas, jugando con la liviandad que nos regalaba el agua y la fricción resbalosa de los cuerpos jabonosos.
Finalmente, frente a frente tendidos sobre las sábanas nos mirábamos a los ojos su dedo sobre mi nariz arrancó de nuevo el juego.
-Vamos a ver esa peli!! Dije
Una pareja de novios y sus amigos envueltos en una noche de sana diversión hicieron del Twister el detonante de una orgía, las imágenes me encendían en deseo, de pronto mi mano sobre su abdomen fue bajando despacio por la entrepierna sin tocar su miembro erecto, él con los ojos cerrado esperaba que mi mano llegue a su destino, le puse el preservativo y empecé a pasar mi legua sobre su pene de abajo hacia arriba, mientras más saliva mejor, en círculos sobre su glande mi lengua seguía juguetona mientras mi mano firme subía y bajaba para detenerse en sus testículos yo adoraba sentirlo en mi garganta, su deseo se desbordó y mi calor interno lo llamaba.
Mientras me penetraba mis gemidos parecían alinearse con los de la protagonista, su orgasmo venía desencadenar el mío y el tiempo se disgregó entre gemidos. ¿Cuántas personas estarán teniendo un orgasmo en este preciso momento?
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