Ritual: Honro mi derecho a ser respetad@

Re edición Zelda Zonk
28 oct
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1. Prepara el espacio.Elige un lugar en tu casa donde te sientas cómod@. Enciende una vela y, si lo deseas, coloca algo que te represente como mujer u hombre adulto (puede ser una piedra, una flor, una foto tuya actual). Siente que ese espacio se vuelve sagrado, tu territorio interior y exterior.

2. Enraízate.Ponte de pie, con los pies descalzos. Respira profundo tres veces.Imagina que desde las plantas de tus pies salen raíces que se hunden en la tierra.Siente la fuerza de la Tierra sosteniéndote.Dite en silencio:

“Estoy aquí. Estoy viv@. Tengo derecho a ocupar mi lugar.”

3. Coloca las manos sobre tu pecho.Respira y siente el ritmo de tu corazón. Reconoce todo lo que has sostenido: las veces que cuidaste, que diste, que aguantaste, que seguiste a pesar de todo. Deja que se asome una lágrima o un suspiro si llega.S usurra:

“Gracias, yo. Gracias por tanto.”

4. Declara tu derecho.Ahora, con la espalda erguida y el pecho abierto, di en voz alta (con convicción):

“Yo, (tu nombre) tengo derecho a ser respetad@. Tengo derecho a un hogar en armonía. Tengo derecho a que mis necesidades sean escuchadas y valoradas. Tengo derecho a cuidar mi energía y poner límites.Lo que doy es valioso, y lo que pido es justo.”

Siente cómo esas palabras se asientan en tu cuerpo.

5. Cierra con fuego o agua.

Si usas fuego: escribe en un papel la frase “Ya no necesito sentir culpa por poner límites” y quémalo (con cuidado), viendo cómo el humo libera esa vieja carga.
Si prefieres agua: moja tus manos en un cuenco con agua y di:
“Purifico mi historia. Dejo ir la culpa, conservo el amor.”Luego seca tus manos y sopla profundo.